National Geographic, después de años de publicaciones sobre las comunidades minoritarias y étnicas en todo el mundo, ha sacado a la luz pública su reconocimiento sobre el racismo desde el que trabajaron algunos de sus reportajes.

En algunas ocasiones, las preguntas surgen no solo de lo que está en la revista, sino de lo que silenciaron. Uno de los ejemplos es una comparativa entre dos historias que hicieron sobre Sudáfrica, una en 1962, la otra en 1977.

Portada de la edición de enero 1915, Wikipedia

 La historia de 1962 fue impresa dos años y medio después de la masacre de 69 negros sudafricanos por la policía en Sharpeville, a muchos les dispararon por la espalda mientras huían. La brutalidad de los asesinatos conmocionó al mundo. Aun así, National Geographic no mencionó nada relacionado con el conflicto, sacando únicamente a negros bailando danzas exóticas, sirvientes o trabajadores. En cambio, en el artículo de 1977, en la era de los derechos civiles en Estados Unidos, se reconoce por lo menos la opresión de la población negra, apareciendo en él Winnie Mandela, miembro fundadora de Black Parents ‘Association y esposa de Nelson Mandela. Ella fue una de las 150 personas a las que el gobierno prohibió abandonar sus ciudades, hablar con la prensa y hablar con más de dos personas a la vez.

Tomando la fecha del 4 de abril, 50 aniversario del asesinato de Martin Luther King, National Geographic ha considerado que es un momento importante para girarse y hacer un balance respecto al punto en el que estamos, teniendo en cuenta cómo está evolucionando todo el discurso sobre el tema racial. En un contexto social donde, por ejemplo, en Estados Unidos se estima que, en dos años, menos de la mitad de niños y niñas, por primera vez en la historia, serán blancos. Y aun así se sigue segregando.

Según National Geographic, esta debe ser una oportunidad para marcar un cambio, responsabilizándose de todos los mensajes que difunden y que influyen desde hace 130 años. Piden al mismo tiempo que los futuros editores de la revista tengan conciencia de ello y revisen cuidadosamente no sólo la cobertura que hacen sino cómo la hacen, pensando bien cuáles son todas las historias que van a contar.

Como comenta Michele Norris en esta revista,  “es difícil para un individuo (o para un país) evolucionar las incomodidades pasadas si el origen de la ansiedad sólo se discute en voz baja”. Y eso mismo es lo que remarca National Geographic en su reportaje de introspección y autocrítica, esperando que la revisión de su propia historia sirva para poner las bases de un futuro más comprometido.

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