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Krishna Kumari // instagram

El pasado lunes 5 de marzo, en Pakistán juraron los nuevos miembros electos al Senado, incluyendo por primera vez a una mujer de la minoría hindú.

Bajo el sistema de dos cámaras del Pakistán, el Senado está separado de la Asamblea Nacional, o cámara baja del parlamento, donde los miembros son elegidos en una votación a nivel nacional. El Senado es la cámara legislativa y un proyecto de ley no constitucional puede convertirse en ley si la cámara alta lo rechaza.

En esta ocasión, el Senado eligió a un presidente para reemplazar a la saliente Mian Raza Rabbani. El gobernante, del partido de la Liga Musulmana de Pakistán nominó al veterano político Raja Zafarul Haq, pero el principal líder opositor, el legendario jugador de críquet convertido en político Imran Khan, y su adversario político, el ex presidente Asif Ali Zardari, respaldaron el domingo al senador independiente Muhammad Sadiq Sanjrani.

Los hindúes de Pakistán, que representan alrededor del 2% de los 200 millones de habitantes del país, han sufrido durante mucho tiempo la discriminación económica y social. Por eso, la elección de Kumari, representa un hito importante para las mujeres y los derechos de las minorías en Pakistán.

La líder electa Kumari, pertenece a un pueblo remoto en la ciudad de Nagarparkar, en la provincia de Sindh. Hija de un campesino pobre, en febrero de 1979 ella y sus familiares pasaron casi tres años en una cárcel privada, propiedad de un propietario de Kunri, del distrito de Umerkot. Era estudiante de tercer grado en el momento en que fue encerrada.

A la edad de 16 años se casó, mientras estudiaba noveno grado. Sin embargo, continuó sus estudios y en 2013 realizó un máster en sociología en la Universidad Sindh. En ese momento se unió al PPP (Pakistan Peoples Party)como activista social junto con su hermano, quien más tarde fue elegido presidente del Consejo de la Unión Berano. Kumari también participó activamente y trabajó por los derechos de las personas oprimidas de las comunidades marginadas que viven en Thar y otras áreas.

La semana pasada, ganó las elecciones para el escaño reservado a las mujeres de la provincia de Sindh. La victoria sorpresiva provocó una ola de optimismo en las redes sociales que los pakistaníes celebraron, ya que representa un hito histórico la victoria de una mujer de una comunidad marginada que se encuentra en la parte inferior de la jerarquía de castas hindú.

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