El aumento del nivel del mar ya no es solo una amenaza para los trópicos, también lo está siendo para Europa. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, COP23, celebrada el año pasado en Bonn (Alemania), se dio una dura advertencia de lo que podría ocurrir si no se hace nada para detener el aumento de la temperatura en el planeta.
A medida que los casquetes de hielo se derriten, áreas como Bélgica, los Países Bajos y Grecia podrían sufrir un destino marino. Según los últimos estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), se espera que para el año 2100 el mar aumente de nivel unos 40 centímetros. Impedir el daño es posible, pero también conlleva un gran gasto económico. Por ejemplo, un informe del Banco Mundial presentado en la COP23 aseguraba que la isla de Fiyi, en Oceanía, se enfrenta a un proyecto de ley de 4.500 millones de dólares para anticiparse a posibles daños causados por el aumento del nivel del mar, ya que es una de las principales zonas afectadas. Aunque el nivel de agua no está aumentando en toda Europa todavía, la situación de Fiyi es una advertencia.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, desde 1993 el nivel del mar ha aumentado 3 milímetros por año, por lo cual ahora el nivel del mar es 7 centímetros más alto que hace veinticinco años. Ciudades como Venecia ya están trabajando en proyectos como una instalación de 57 barreras contra inundaciones y ha gastado 5.500 millones de euros. Los Países Bajos mencionados anteriormente, en cambio, han optado por la construcción de casas flotantes, mientras que Gran Bretaña ha destinado 1.800 millones de libras esterlinas para defender Londres y las cercanías del río Támesis frente a posibles inundaciones. Entre otras posibles zonas afectadas, también se encuentran Barcelona, Estambul y Dublín.
Para destacar la importancia del aumento del nivel del mar como indicador del calentamiento global, en la pasada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, en Bonn, se dedicaron dos días enteros al océano. 194 países han firmado el Acuerdo de París, cuyo objetivo es reducir el aumento de la temperatura del planeta en 1,5-2 º C. Este objetivo, como dice Jean-Nöel Thépaut, jefe del Servicio de Cambio Climático de Copérnico, es desafiante, pero si todos los países se comprometen a trabajar para reducir las tasas de emisiones de gases de efecto invernadero, se limitarán los efectos del cambio climático. Pues, no olvidemos que Tierra solo hay una.
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