Francia reconoce su responsabilidad moral con “les enfants de la creuse”
Entre los años 1963 y 1982, mil seiscientos niñas y niños fueron víctimas, junto con sus familias, del engaño perpetrado por la DDASS (Direction Départementale des Affaires Sociales et Sanitaires) de Reunion, que les manipuló para embarcarse en un viaje sin retorno con destino a Francia. Marlen Morin, una de las víctimas de aquella operación, declaró a la BBC: A los varones los enviaban a granjas, yo fui empleada doméstica. ¿Qué es lo que querían? ¿Mano de obra barata?
El entonces recién elegido como diputado de Reunion Michel Debré, cuya carrera política siguió un ascenso fulgurante, se propuso modernizar la colonia que reunía altas tasas de pobreza y desempleo, además de la inestabilidad política que la recién conseguida independencia de Argelia había generado.
A los varones los enviaban a granjas, yo fui empleada doméstica.
¿Qué es lo que querían? ¿Mano de obra barata?
Así, tras un primer viaje a la isla en 1959 con el General De Gaulle, creó el programa Bumidom en el que prescribió que los huérfanos también habían de ser transferidos al país con el fin de repoblar la conocida “diagonal de las densidades débiles” después del éxodo rural que vivió a mediados del siglo XX. Sin embargo, muchos de estos niños y niñas no eran huérfanos, sino hijos e hijas de familias sin recursos económicos que no les podían mantener.
Historiadores como Ivan Jablonka, autor de Children in Exile, explicaron para Slate.fr que algunas inscripciones se llevaron a cabo apresuradamente, bajo condiciones de legalidad dudosas. Esto se explica por la política de quotas liderada por el DDASS de Reunion, bajo la presión de Michel Debré, y por el celo de los trabajadores sociales que a veces forzaban la mano a algunos padres. Les enfants de la Creuse fueron disuadidos bajo la promesa de encontrar una vida mejor y muchos acabaron viviendo situaciones de abusos sexuales, racismo y violencia.
En 2002 uno de ellos tomó la iniciativa y denunció al gobierno de la nación por “secuestro, secuestro de un menor, asalto y deportación”. A ésta le siguieron muchas más hasta que en 2014, la Asamblea Nacional de Francia abrió una investigación tras reconocer tener una “responsabilidad moral” que está a punto de finalizar.
De momento, el gobierno proporcionará la posibilidad de que puedan viajar a Reunión periódicamente así como el acceso a toda la documentación personal que exista. Morin, cuyo deseo es regresar definitivamente, cuenta que volver después de tanto tiempo le ayudó, además de reencontrarse con una hermana que aún vive, a recuperar paz y equilibrio en su cabeza, su cuerpo, incluso su corazón y que, gracias a ello, ha vuelto a vivir.