Un niño de 9 años, presuntamente, ha sido violado por un grupo de menores de entre 12 y 14 años el viernes de la semana pasada, en el tiempo del recreo en un colegio de Úbeda (Jaén).
La Fiscalía de Menores ha archivado las diligencias del caso porque los presuntos agresores no son imputables, al ser menores de 14 años y estar fuera de las medidas y de los equipos técnicos de la justicia. Fiscalía traslada el caso a la Junta de Andalucía que, desde la delegación de Educación, Atención al menor y Asuntos Sociales, tendrá que decidir las medidas necesarias.
Cada vez existen más datos que confirman que los delitos sexuales protagonizados por menores son una tendencia en alza. Benjamín Ballesteros, director de la Fundación ANAR, en declaraciones a Europa Press, afirma que se trata de grupos de menores que no piensan en la gravedad de los hechos ni sienten empatía con la víctima. Y se pregunta: “¿Por qué los otros compañeros no se rebelan?”. A su juicio, existe una “sexualización precoz” y un exceso de pornografía a través de los móviles que hace que menores y adolescentes normalicen comportamientos que no lo son”.
Los centros que aplicamos el Modelo Dialógico de Convivencia trabajamos intensamente para erradicar, desde los cero años, la atracción a la violencia que está presente en las relaciones afectivo-sexuales, en la elección de amistades y en todas las relaciones sociales. Para ello, a través de diversas actuaciones, abrimos espacios de diálogo entre las chicas y los chicos en los que podamos trabajar estos temas uniendo el lenguaje de la ética, al lenguaje del deseo (pg. 11); no solo que “queramos lo bueno” sino “que lo deseemos”. Al unir ambos lenguajes, nuestras respuestas se vuelven más rápidas y efectivas sobre los mejores valores y sentimientos. Las niñas y los niños cada vez ven más cobarde y miserable la actuación del que agrede, presiona e intimida a otras y otros. Despojamos de atractivo lo violento y ensalzamos a aquellas personas que tratan siempre bien, que protegen y ayudan, en definitiva, que se comportan como héroes y heroínas “de carne y hueso”. Es un trabajo que va muy unido a la promoción de upstanders, testigos activos, que prestan apoyo y solidaridad ante cualquier agresión que ocurra.
En nuestros patios educativos y aulas cada vez se oyen más voces que denuncian las injusticias en cualquier espacio: ‘no molas cuando …’, ‘vamos a hablar y a solucionarlo’, ‘hacemos escudo y nos protegemos si te pasas’, ‘vamos a buscar ayuda’, ‘si sigues así saldrás del club de valientes’, ‘si no cambias, pasamos de ti’. Nuestra norma: ‘los amigos y las amigas nos respetamos y hablamos y si no, amigos y amigas no seremos’ nos recuerda cómo queremos relacionarnos y qué personas escogemos para ello.
Lo que pasa en un centro de educación secundaria, no es aislado de lo que trabajamos en los centros de educación infantil y primaria; como tampoco lo que pasa “en la calle”, lo es de lo que pasa “en nuestros patios”. La escuela nos educa en las relaciones afectivo-sexuales y podemos decidir cómo hacerlo para que sean fascinantes y libres de violencia. ¡Sí podemos conseguir centros educativos libres de violencia! Es más, en la medida en que extendemos los espacios de diálogo a la comunidad y al barrio (brief 7), también podemos proyectar sociedades futuras que, cada vez más, rechacen la violencia.
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