La natación sincronizada es una disciplina deportiva que no tiene mucho arraigo en Puerto Antonio (Jamaica). Aunque Jamaica ha ganado 78 medallas olímpicas, nunca ha participado con un equipo de nado sincronizado en los juegos olímpicos. A pesar de las dificultades con las que se encuentran, un grupo de chicas jamaicanas sueñan alto y desean cambiar la historia: participar por primera vez en los juegos olímpicos y ganar una medalla.
Sus sueños han sido inspirados en la medallista olímpica rusa Olga Novokshchenova según el New York Times. Esta mujer comenzó a dar clases de natación en su casa de Puerto Antonio y actualmente entrena a cinco niñas en su piscina: Ajoni Llewellyn, de 17 años; Katana Blount, de 10; Joydayne Whyte, de 9; Laila Bailey, de 12; y Nyouka Baugh, de 15. Han formado un club que hoy por hoy es el único que existe en Jamaica.
En Puerto Antonio no hay piscinas públicas por lo que las niñas tienen que desplazarse a casa de Olga cuatro días a la semana. Esto supone para sus familias un gasto importante difícil de sostener lo que motiva que muchas tengan que abandonar sus sueños olímpicos. El club se autofinancia y las familias de las nadadoras tienen que pagar la cuota trimestral, los costos de viajes internacionales, cuotas de torneos, gastos de entrenamiento y trajes de baño especiales. Este muro pone de relieve la falta de apoyo a ciertas disciplinas del deporte femenino y contribuye a excluir a grandes deportistas por razones sociales o económicas.
Aún así, una de las nadadoras, Nyouka, cuenta en el New York Times que uno de sus sueños es lograr que el nado sincronizado sea un deporte más conocido en Jamaica. La representante del equipo, Jacqueline Neil, madre de Ajoni, tras la primera competición del equipo en el Campeonato Panamericano de Nado Sincronizado de la Unión Americana de Natación (UANA), dijo que ellas fueron las estrellas, habiendo muy pocos equipos de piel oscura.
Estas mujeres, entrenadora, madres y nadadoras demuestran al mundo que no hay sueños imposibles a pesar de las dificultades que a priori se encuentren en el camino. Con solidaridad femenina, esfuerzo y pasión se puede cambiar el curso de la historia.
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