La actriz Rose McGowan, que fue la primera en denunciar los abusos de Harvey Weinsten, relata en sus memorias recién publicadas cómo fue violada por el productor de Hollywood. Tal como explica The Guardian, el abuso sexual se produjo durante el Festival Sundance de 1997, cuando la actriz tenía 23 años y acababa de protagonizar la película Going all the way. Después de la proyección del vídeo, “el Monstruo” —tal como ella lo llama en su libro Brave— la invitó a su habitación con el pretexto de hablar sobre “la proyección de su carrera profesional”. Según relata McGowan, estuvieron conversando durante media hora hasta que Weinstein la arrastró hasta el borde del jacuzzi de su suite y la violó. “Me sentí tan sucia. Había sido violada y estaba triste. Recordé cómo se había sentado detrás de mí en el teatro la noche anterior. Llegué a pensar que le había provocado y todavía me sentí más sucia”, narra la actriz sobre cómo se sintió después de los hechos.
La reacción de sus compañeros del mundo del cine fue otro varapalo para la actriz, que se dio cuenta de que Winstein y otros cineastas como él actuaban con total impunidad. Poco después de la agresión, McGowan tuvo una sesión fotográfica de la película Phantom junto con el otro protagonista, el actor Ben Affleck. Tras contarle lo que había sucedido, él le respondió: “Maldita sea. Le dije que parara de hacer eso”. Affleck todavía no ha hecho ninguna declaración sobre esta afirmación. Además del actor, otras personas a las que decidió explicar la violación le dijeron que se lo tomara como “algo que le ayudaría en su carrera a largo plazo”.
Brave no es solo una narración de su lucha contra “los hombres sagrados de Hollywood”, sino una denuncia a todos los tipos de violencia que ha sufrido a lo largo de su vida como mujer. La actriz pasó parte de su infancia en Italia, en la secta polígama Hijos de Dios, hasta que sus padres huyeron a Estados Unidos después de que algunos líderes abusaran de menores. Cuando era adolescente, vivió un tiempo en la calle y tuvo una relación de tres años con abusos continuados. Unas duras experiencias que, tal como relata McGowan, fueron determinantes para que finalmente no denunciara a Winstein en ese momento. En el libro, también denuncia el maltrato psicológico sufrido por su exmarido, el director Robert Rodríguez.
El relato sobre el machismo imperante en la industria cinematográfica y el encubrimiento generalizado de miles de abusos acaba exponiendo la necesidad que haya más mujeres en puestos de dirección y producción, además de pedir el apoyo de grupos como el Screen Actors Guild para proteger a mujeres y niños.
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