Ana Sastre, responsable de Incidencia Política de la organización Save The Children, ha expuesto que la violencia está presente en la forma en la que se relacionan y nos relacionamos con los niños y niñas. La organización en favor de la infancia ha ido recogiendo casos de niños y niñas fallecidos de diferentes medios; casos que, en muchas ocasiones, resultan invisibilizados.
De esta forma, Save The Children ha organizado una campaña que vela por la protección de los y las infantes frente a la violencia machista, escolar –bullying– y el abuso sexual. La campaña, con el título #LosÚltimos100, reúne un centenar de nombres de diferentes niños y niñas que han fallecido en España desde el año 2012 en contextos de violencia familiar y escolar, y está recogiendo firmas para que se lleve a cabo una Ley Integral de Violencia contra la Infancia. Aseguran que sería una oportunidad para desarrollar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género en lo que se refiere a los y las infantes pues, aunque están reconocidos como víctimas directas en la legislación actual, es la ley de sus madres, no la de ellos y ellas.
Algunos datos que aporta la organización son los siguientes: de 37.495 denuncias en 2016 por violencia contra los y las menores de edad, 4.650 fueron por malos tratos en el ámbito familiar y las denuncias por abuso sexual hacia niños y niñas en el mismo año ascendieron a 4.056, aunque, normalmente, solo el 15% de los casos son denunciados. Por ello, se espera desarrollar también una Ley Integral de la Violencia Sexual contra los niños y niñas.
Así mismo, se apela a una educación sin violencia. Para ello se reivindica una formación a las y los profesionales para detectar e identificar estos casos y ofrecen herramientas a los padres y las madres para educar sin violencia, porque educar con gritos, insultos y golpes es una forma de violencia que puede tener grandes consecuencias en las personas del futuro.
Por último, también destaca la violencia en el ámbito escolar. Uno de cada diez niños y niñas en España sufre violencia entre iguales, violencia que se silencia por miedo y vergüenza y que puede terminar en suicidio, como ocurrió con algunos niños y algunas niñas de la campaña. Se deben adoptar campañas de sensibilización, una mayor incidencia en la prevención y adaptar el sistema de justicia para que sea accesible para los niños y las niñas.
La campaña, a la que muchas personas conocidas se han sumado, apela a que Javier, de cinco años, y Cristina, de catorce, entre muchos otros y otras, deben ser las últimas víctimas infantiles de la violencia. Debemos luchar para crearles un mundo mejor.
