El cáncer de endometrio (EC por sus iniciales en inglés) es la malignidad ginecológica más prevalente en los Estados Unidos. Mientras que la mayor parte de los cánceres siguen una clara tendencia de mortalidad decreciente año tras año, el EC es uno de los pocos casos en que el grado de supervivencia es, a día de hoy, menor que en los años setenta. Por este motivo, investigadores de la Universidad de Iowa (USA) han publicado un posible tratamiento para el EC basado en nanopartículas, un enfoque innovador para mejorar significativamente la supervivencia en estos tipos de cáncer.
El endometrio es el revestimiento interior del cuerpo del útero y tiene una función clave después de la fecundación: es el responsable de alojar al cigoto y el lugar donde se desarrolla la placenta. En el caso de que células de este tejido comiencen a crecer de forma descontrolada pueden originar lo que conocemos como cáncer de endometrio.
En la actualidad la terapia principal para el EC es la quimioterapia y/o radioterapia y, aunque se han explorado nuevas vías de tratamiento con numerosos ensayos clínicos, generalmente no han logrado mejorar la supervivencia.
Los resultados de la investigación liderada por el Prof. Aliasger K. Salerm y la Dra. Kimberly K. Leslie, publicados en la revista Nature Nanotechnology a principios de diciembre de 2017, demuestran que las nanopartículas pueden trabajar como sistemas de liberación de fármacos de forma eficiente y específica, consiguiendo la mortalidad de las células cancerígenas sin atacar a las células sanas. En concreto, las nanopartículas (de un diámetro aproximado de 175 nm) contienen dos fármacos que en estudios previos fueron identificados como claves para inducir la muerte específica de las células causantes de EC.
Las ventajas de introducir estos fármacos en una estructura como una nanopartícula son claras desde el punto de vista biológico, y es que un inconveniente común de los fármacos identificados es su baja solubilidad en agua. Este problema queda solucionado cuando el fármaco es trasladado en el interior de una nanoestructura. Otra ventaja es la minimización de los efectos secundarios debido a que las nanopartículas son diseñadas para atacar solamente a las células tumorales. Además, el efecto de los fármacos se puede considerar de más larga duración debido a que las nanoestructuras quedan retenidas en los tumores y liberan los fármacos de manera progresiva.
Los experimentos realizados en células mostraron resultados muy positivos puesto que la eficiencia del tratamiento aumenta significativamente con el uso de las nanopartículas en comparación con los fármacos aislados. Con esta estrategia los autores demuestran la capacidad de impedir el crecimiento del tumor en caso de EC sin comprometer a las células sanas.
Estos resultados no solo muestran un avance en el tratamiento del EC, sino que abren las puertas a aplicar esta misma estrategia en otros tipos de cáncer, entre ellos el cáncer de ovarios.
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