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En el juicio por un caso de violación el pasado mes de marzo en Nuevo Roces (Asturias), el abogado de la defensa responsabiliza a la víctima de los hechos, poniendo en duda su testimonio, alegando su forma de vestir.

Una chica de 28 años se dirigía a su puesto de trabajo en coche una madrugada del pasado mes de marzo de 2017 en Nuevo Roces cuando el agresor en un semáforo le abrió la puerta, la forzó para entrar y la obligó a conducir a punta de navaja hasta un descampado cercano donde la violó dos veces. El lunes siguiente el agresor se entregó a comisaría cuando ya estaba siendo buscado por la Policía Nacional.  Desde el principio alegó al hecho de que había consumido alcohol durante la noche, motivo que lo llevó a tener esa conducta que no se reconocía en su voluntad.

Según El Comercio, el individuo tiene antecedentes por delitos de lesiones. Los investigadores pusieron la mirada sobre él después de que varios vecinos de Nuevo Roces asegurasen a los agentes que habían visto en los últimos tiempos a un joven merodeando por el barrio con actitud sospechosa, que se ajustaba a la descripción aportada por la víctima de la violación. Incluso algunos testigos manifestaron que habían presenciado cómo esa misma persona se masturbaba en la calle en presencia de mujeres, a las que llegó a seguir hasta el portal.

El agresor ha permanecido en prisión  y sin fianza por un delito de agresión sexual consumada. La gravedad de los hechos que se le imputan, así como el riesgo de fuga y la posibilidad de que vuelva a reincidir, motivaron la decisión de la acusación pública y la autoridad judicial.

No ha sido hasta esta semana que se ha iniciado el proceso judicial por el que Fiscalía pide 12 años de prisión para el agresor. En las declaraciones alegó, por una parte que había consumido bebidas alcohólicas y que por tanto no era consciente de lo que hacía, mientras que, por otra parte, defendió que las relaciones que había mantenido con la víctima fueron con consenso.

Además de las declaraciones del juzgado, el abogado de la defensa, una vez finalizada la primera sesión de vista oral declaró que “si la mujer fuese víctima de verdad no habría acudido en falda al juicio”. Las declaraciones del abogado muestran una vez más, tanto a nivel jurídico como social, la culpabilización que se hace a las víctimas del acoso sufrido, al mismo tiempo que se quita responsabilidad a los agresores, alegando a su alcoholización.

Responsabilizar a las mujeres del acoso por su forma de vestir es una tendencia recurrente a nivel social, sobre todo cuando se trata de casos de abuso en zonas de ocio nocturno. En esta línea existen investigaciones científicas que pretenden erradicar la violencia de género en las zonas de ocio nocturno, así como campañas promovidas por la sociedad como el #NoEsNo, que persiguen el objetivo de crear unos espacios de ocio libres de cualquier tipo de acoso y acabar con la responsabilización que sufren las víctimas después de haber sufrido ya el acoso sexual. Si se pretende crear espacios libres de acoso así como espacios seguros para que las víctimas puedan denunciar y ser escuchadas, sin reproches y sin revictimizar se tienen que generar vínculos, en todos los contextos sociales que tengan claro su posicionamiento solidario y valiente hacia las víctimas y el rechazo total a los acosadores, asumiendo que ni las faldas ni el alcohol justifican ningún tipo de agresión.

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