La violencia de género en el ámbito universitario es una realidad que se estudia cada vez con más profundidad.
Ante evidencias como las pocas denuncias existentes en estos casos y la revictimización que sufren las víctimas cuando rompen su silencio, conceptos como bystander interventio llegaron a explicar la imprescindible necesidad de la intervención del apoyo, de la actuación de la comunidad o, en otras palabras, la importancia clave de no mirar para otro lado, sino de ser testigo activo, e intervenir en apoyo a la víctima.
La autora Victoria Banyard, conjuntamente con otras investigadoras expertas en violencia de género en el entorno universitario (Jennifer M. Demers, Ellen S. Cohn, Katie M. Edwards, Mary M. Moynihan, Wendy A. Walsh, Sally K. Ward), han querido ir más allá, indagando sobre las consecuencias de ser víctima de acoso sexual en la universidad, sobre los efectos que esto genera en el desarrollo académico. El estudio Academic Correlates of Unwanted Sexual Contact, Intercourse, Stalking, and Intimate Partner Violence: An Understudied but Important Consequence for College Students [Correlatos académicos de contacto sexual no deseado, relaciones sexuales, acecho y violencia en pareja: una consecuencia poco estudiada pero importante para estudiantes universitarios] analiza la incidencia de la violencia sexual en la universidad sobre los resultados académicos. Las autoras han aplicado un cuestionario a 6.482 estudiantes de grado, tanto hombres como mujeres, pertenecientes a ocho universidades del estado de New England, USA. En el Cuestionario de Persistencia Universitaria se les preguntaba sobre eficacia académica, estrés universitario, compromiso institucional y conciencia académica). El estudio, publicado en el Journal of Interpersonal Violence, demuestra que el estudiantado que ha sufrido victimización – como consecuencia de un contacto sexual no deseado, relaciones sexuales, acecho o violencia en pareja- muestra una diferencia significativa respecto al resto del estudiantado, en términos de una eficacia académica significativamente menor, mayor estrés, menor compromiso institucional y menor concienciación académica que otros y otras estudiantes .
La revictimización se previene y se combate con apoyo, posicionamiento y compromiso contra la violencia de género en cualquiera de sus vertientes y ámbitos. Se demuestra por tanto como la respuesta del campus, la intervención de las personas que rodean a la víctima es clave para conseguir su éxito, además de superar dicha lacra social. Esta evidencia arroja luz también en la lucha contra el Acoso Sexual de Segundo Orden, que sufren las personas que se posicionan con la víctima, y el que limita la intervención acciones de éxito como el bystander intervention.
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