La palabra música, proveniente de la palabra griega μουσική (musiké), tiene en origen el significado de “arte de musa”. Las musas, hijas de Zeus, eran consideradas  inspiradoras de arte y cultura, y por eso no es de extrañar que en la antigua Grecia la música inspirara todo tipo de actividades artísticas, culturales e intelectuales. Sabían que la música afectaba a los estados de ánimo y el carácter, como explica la teoría del Ethos, y que era una fuente de placer. ¿Pero sabían también que la música puede ser una fuente de salud? Hoy, gracias a evidencias científicas como las del artículo The effects of music on the cardiovascular system and cardiovascular health, sabemos que sí, que la música puede tener efectos positivos en la salud.

Wolfgang Amadeus Mozart, retrato realizado por Barbara Krafft, 1819// Wikicommons

Pero también sabemos que esto no sucede con cualquier tipo de música. Hay estudios que corroboran que es la música clásica la que obtiene un mayor efecto positivo en la salud. En concreto, en el artículo citado arriba destacan la música de Mozart, Bach y compositores italianos como la que consigue un mayor impacto positivo en salud y calidad de vida. Según este estudio, la música clásica resulta especialmente beneficiosa para tratar a pacientes con  ansiedad, depresión, trastornos cardiovasculares y de sueño, dolor, o estrés.

Las investigaciones centradas en los beneficios de este tipo de música no son nuevas. De hecho, desde 1993 se empieza a estudiar el denominado Efecto Mozart, es decir, los beneficios de escuchar su música y la de otros compositores clásicos. El artículo Mozart Effect and its clinical applications: a review recoge varias investigaciones en este campo: los beneficios pueden ir desde la mejora del aprendizaje al sistema cardiovascular.  Sin embargo, estos mismos estudios indican que todavía hacen falta más investigaciones para determinar si existe realmente el Efecto Mozart y profundizar más en sus efectos en caso de que los tenga.

¿Y por qué la música clásica? También hacen falta más investigaciones para profundizar en ello, pues son muchas las características de la música clásica que no se encuentran en otros tipos de música (la sofisticación y complejidad de la armonía, los instrumentos, el ritmo…) y que nos pueden dar pistas sobre sus beneficios.

 

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