Un nuevo proyecto de investigación europeo sobre la agricultura, Diversifood, se está llevando a cabo en Chipre, República Checa, con la finalidad de aumentar la biodiversidad de los cultivos y, a su vez, mejorar su rendimiento y calidad.

 

Once hectáreas cubren el campo experimental, llevado a cabo por expertas y expertos del Instituto de Investigación Agrícola de Chipre, donde se cultivan una multitud de variedades incluidos maíz,  tomate, cebada, trigo, garbanzos y frijol caupí. 

Poniendo a prueba una tecnología de reproducción experimental, el objetivo es determinar todas aquellas plantas que se adapten mejor al calor de Chipre y a la falta de agua. Teniendo en cuenta que cada planta es diferente, reciben atención por separado, especialmente sus raíces, y no se usan organismos que han sido modificados genéticamente.

Las científicas y científicos del proyecto examinan el contenido de nutrientes, la biomasa de la hoja, las influencias del entorno, el rendimiento y la estabilidad de la planta, así como la relación que tienen las plantas y los hongos a la hora de transferir nutrientes del subsuelo. A causa de las condiciones climáticas del entorno, hay especies que antes se cultivaban en Chipre que actualmente no se pueden cultivar. Ese es otro de los objetivos, la resiliencia de las plantas que darán alimento.

Con este proyecto se espera contribuir a la mejora de los cultivos para así ayudar a los agricultores y las agricultoras locales a aumentar su oferta y participar en mercados potenciales. A su vez, se espera que los nuevos cultivos aparezcan en el mercado europeo en unos cinco años, lo que beneficiaría también a los consumidores y las consumidoras.

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