ONG: Familia de Hetauda (Foto de la web)

Hace relativamente poco he tenido la oportunidad de reencontrarme con una antigua alumna de los estudios de Trabajo Social, una mujer joven y emprendedora que con 21 años ya ha sido capaz de poner en marcha un sueño.

Aina Barca, mientras estudiaba la carrera, tuvo una experiencia de voluntariado en una casa de acogida para niñas y niños con distintos tipos de discapacidades (físicas, sensoriales e intelectuales), también con sus familias, con problemas económicos, y con huérfanos/as en Nepal, en la ciudad de Hetauda.  

A su regreso, impactada por la situación vívida, especialmente la de personas con discapacidad intelectual, tenía claro que iba a realizar un proyecto para el trabajo final de grado con la intención de, una vez finalizados dichos estudios, poner en marcha esa ilusión, esa idea que día a día iba construyendo (viendo oportunidades más que problemas) y así poder contribuir a la mejora de la sociedad nepalí, impulsando y creando la ONG: Familia de Hetauda.

Dicho sueño llegó a materializarse a través de la construcción de la escuela de educación especial, Asha Special School and Rehabilitation Center, en 2013. Actualmente se ha conseguido construir una segunda escuela, más grande que la anterior, y el primer edificio se usa como taller ocupacional. También se está trabajando en la edificación de una residencia para aquellas niñas y niños que viven lejos de Hetauda.

Ni en Hetauda, ni en el área administrativa de Narayani a la que pertenece esta ciudad, no hay ninguna escuela de educación especial y, por lo tanto, los niños y las niñas con discapacidad intelectual quedan excluidos del derecho a la educación.  Por ello estamos ante una acción emprendedora que da respuesta a una necesidad social y educativa no cubierta.

Si bien hay informes que apuntan que es más habitual que comience una empresa social un hombre en vez de una mujer, vemos a través de esta experiencia un extraordinario ejemplo de las posibilidades reales de emprender que tiene la mujer, independientemente de la variable género, edad o experiencia profesional.  Se trata de tener una fuerza interior transformadora, una importante motivación para abordar problemas sociales y educativos importantes, tener aptitudes y actitudes para liderar un proyecto, así como ser incansable para conseguir el objetivo propuesto, aún a pesar de los miedos, las inseguridades y las circunstancias adversas que se encuentren durante el camino.

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