Las personas que están esclavizadas en todo el mundo pueden sobrepasar el número de 40.3 millones, según el informe Estimaciones Globales en Esclavitud Moderna 2017. Un dato revelador de este informe es que el 71% de las personas que sufren esclavitud moderna son mujeres y niñas.
Podríamos pensar que esto pasa en lugares remotos del mundo pero, si centramos la lupa, podremos acercarnos y darnos cuenta de que muchas de estas personas son forzadas a trabajar en fábricas textiles situadas en todo el mundo, cuya ropa compramos. Otras limpian los edificios donde vivimos y trabajamos.
El compromiso con el cambio para superar la esclavitud moderna ha sido y puede ser una forma de empezar a dar respuesta como sociedad civil. El activismo de la ciudadanía frente a la injusticia percibida, se ha convertido en pequeñas acciones que, al sumarse, componen una masa crítica con responsabilidad social. Gracias a esta denuncia civil organizada con campañas como “Ropa Limpia” de SETEM Federación, que se realizan desde 1997, se puede dar respuesta conjunta, formando parte del cambio. Otro colectivo que forma parte de esta masa crítica civil en el sector servicios y que denuncia la explotación de las camareras de piso es la “Asociación Las Kellys”. Visibilizan los problemas que padecen las trabajadoras y para ello reivindican sus derechos y presionan a administraciones, patronales y sindicatos, para mejorar las condiciones laborales y su calidad de vida.
Según la CEO Monique Villa, acabar con la esclavitud moderna en la cadena de suministro global se ha convertido en un imperativo corporativo. Las consecuencias empresariales para las transnacionales abarcan daños financieros (en forma de multas) y de reputación de la marca. Este compromiso con el cambio en la sociedad y en las empresas para superar la esclavitud moderna está generando una ventana de oportunidad. En ella coinciden gobiernos, empresas, medios de comunicación y el interés público, para generar acciones que aporten apoyo financiero y regulación legal. Caminar hacia una sociedad civil organizada contra la esclavitud moderna permitirá seguir presionando a los políticos y las transnacionales, para que se creen mecanismos legales que promuevan la denuncia de las organizaciones implicadas, apoyen a las personas que denuncian y a las personas que sufren la esclavitud moderna.
No existe una respuesta fácil ni única, pero como sociedad “todos tenemos la responsabilidad compartida de actuar
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