El pasado miércoles aproximadamente unas 300 trabajadoras del sector doméstico, originarias de Filipinas abandonaron Kuwait, por cuestiones diplomáticas.

Las 300 trabajadoras se juntan en su país con las 2.000  trabajadores y trabajadoras estimadas que ya han regresado a Filipinas desde el 29 de enero de este mismo año, aprovechando en esta ocasión la oferta de su gobierno de un vuelo libre a su país.

Según informa euronews la medida de repatriación impulsada por el gobierno filipino se debe a la preocupación por el malestar de las trabajadoras fuera de su país, y el alto índice de suicidios, debido a las condiciones de trabajo que llegan a vulnerar los derechos humanos.  

Ante esta situación, Filipinas ha llegado a prohibir el despliegue de trabajadoras y trabajadores en Kuwait, donde hoy en día trabajan más de 250,000 personas de Filipinas. Mientras que más de dos millones de filipinos y filipinas están trabajando en los estados del Golfo, incluidos Qatar, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, la mayoría de ellos y ellas (mayoritariamente mujeres) como personal domésticos.

Por su parte Kuwait se comprometió a esclarecer las condiciones laborales de las trabajadoras, así como los casos de suicidio y vulneración de derechos, y extendió la mano a establecer relaciones diplomáticas con Filipinas.

Muchas de las trabajadoras que han podido regresar, se han acogido al programa de amnistía de Kuwait siendo trabajadoras indocumentadas. Y ,consecuentemente, las que sufrían peores condiciones de trabajo por parte del país.

Las precarias condiciones de vida y de trabajo de las trabajadoras domésticas filipinas se viene denunciando desde hace años, mientras los gobiernos siguen mirando para otro lado, permitiendo la precarización de las mujeres y la vulneración de su dignidad.

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